capitulo 18

El día siguiente, domingo, me trajeron hasta donde vivía Frankie. Salí del coche de siete plazas, donde Danny, Harry, Dougie, Tom, Gio, Melanie e Izzy se habían puesto en posición de espiar. Pixie no se había molestado en venir. Mejor.



Suspiré y comencé a caminar hasta la puerta. Las piernas me temblaban y mi corazón se iba a salir del susto. Llamé al timbre, y varios segundos después, se oyó:



-¿Quién es?

-El cartero. –Respondí para que me abriera la puerta. Tal vez si le decía que era yo no me la abría.



La puerta se abrió. La cara de Frankie fue todo un poema cuando me vio enfrente de su puerta. Pude notar facetas de asco. Bien comenzaríamos…



-¿Eres cartera? –Me preguntó bobamente.

-¡No! –Reí. –Solo te lo he dicho para que me abrieras la puerta.

-Está bien. –Se volvió atrás e intentó cerrarme la puerta, pero puse el pie. -¿Qué quieres?

-Que me escuches, Frankie, por favor. –Ella suspiró y se apoyó en el marco de la puerta. –Yo no he intentado ligar con Doug, te lo juro. –Ella suspiró. –Frankie, créeme. Dougie no es para nada mi tipo, y sé que tú eres su novia. No sería tan tonta de intentar ligármelo.

-¿Dougie te a pedido que vinieses a hablar conmigo?



Me quedé pensando. Si decía que si, tal vez pensaría que yo no quería venir a hablar con ella y me lo había pedido el para que ella dejara de sospechar. Y si decía que no, a lo mejor pensaba que el no se preocupa por ella. Menuda rallada de cabeza.



-Me lo ha pedido Giovanna, para que dijera la verdad, y esta es la verdad.

-Está bien, te creo. –Dijo ella, con un tono que no me convencía mucho. –Pero tú ten cuidado con Doug. A la única que puede invitar a un McDonald’s, es a mí. ¿Entiendes?



Yo asentí. Me quedé flipando. ¿A que venía aquello?

Ella hizo un ademán con la cabeza y me cerró finalmente la puerta. Me quedé varios segundos allí, pensando en lo que había dicho. ¿Pero de que iba esta? Yo cada día me sorprendía más. Me giré y caminé de nuevo hacía el coche. Estos me abrieron la puerta, y, nada más les vi el pelo, comenzaron a preguntar.



-¿Qué te a dicho? ¿Le perdona a Dougie? ¿Qué ha pasado, Cady?

-Sí, perdona a Doug. Y bueno, me cree. –Dije yo subiendo al coche.

-¿Y nada más? –Me preguntó Melanie.



Me quedé pensando. Tal vez si decía la amenaza, la volvía a estropear. Le mandé una mirada insegura a Melanie para que supiera que había algo, y, para no armar barullo, mentí.



-No, nada más.





…





-Yo flipo con ella. –Me soltó Melanie una vez en mi casa cuando se lo conté todo. -¿De que va esa negra? Me cae mal.

-Sin duda. –Me apoyé en el sofá con los pies en el. -¿Y si ahora va en contra mía?

-La como. –Dijo encogiéndose de hombros y diciéndolo como si fuera algo normal. –Además, si ahora te hace algo yo voy a decir la verdad aunque tu no quieras.

-Mel, solo crearás problemas.

-Ella también los creará. Además, ¿no te das cuenta de que no nos quiere ni ver el pelo? Va ha hacer lo que sea para no vernos.

-¿Quién? –Preguntó una voz varonil desde la puerta. Las dos nos dimos un pequeño susto. Era Jack.

-Nadie, tranquilo. –Le contesté.



El no se quedó muy convencido. Caminó hacía mi y se sentó a mi lado. Yo me quedé sorprendida. Estaba raro.



-Me han dicho que has hecho amistad con Danny Jones. –Me dijo mirándome con cara de póker.

-Así es. ¿Y?

-No quiero que te juntes mucho con el y sus amigos. –Levanté una ceja. –No te convienen.

-Jack, no tengo trece años. –Reí. –Además, a ti Danny te cae bien desde siempre.

-Sí pero… no me gusta que vayas con el. –Miró a Melanie de reojo. –Que vayan…

-No es terrorista ni nada por el estilo, además, ellos son buenas personas. –Dijo Melanie.. –Además son estrellas de ROCK. –Soltó con fascinación. Era tonta, sin duda.

-Por eso mismo. No cuadran con ellos.

-Jack, deja de hacer de papá y dramatizar. –Le dije yo cansada ya. –Siempre pones alguna pega a todo lo que hago.



El me miró con mal humor. Me giró la cabeza y salió de casa. Miré a Melanie con una ceja levantada, y como completas imbéciles, nos empezamos a reír sin motivo.