Cogí mi maleta y la bajé hasta el coche. Jack la cogió y la puso en el maletero, junto a la de Melanie. La miré feliz. Había llegado la hora de irse al camping, dos semanas allí. Personalmente, a mi aquello de estar rodeada de naturaleza y bichos asquerosos no me hacía mucha gracia, pero me lo iba a pasar bien.
-¿Allí habrá retrete? –Me preguntó Melanie ayudando a Jack a cerrar el maletero.
-Ni idea, pero si nos siempre podrás hacer tus necesidades en un agujero. –Le respondió Jack por mí. Aquel día estaba amable con Mel… increíble.
Ella rió. Mi hermano entró al coche. El nos llevaría. Melanie y yo nos sentamos detrás, para así no discutir de quien debería ponerse en el asiento del copiloto. Ya habían ganas de llegar.
…
Salimos del coche y cogimos nuestras maletas. El entorno estaba lleno de árboles y arbustos, y la verdad, mal no se estaba. Aquello estaba desalmado.
-¿Seguro que venían? –Me preguntó Mel dejando caer su maleta.
-Salían a primera hora de la mañana, junto a Alice.
-Pues aquí no hay nadie.
Suspiré y dejé caer mi maleta también. Eran las cinco de la tarde, y un extraño sol de verano nos estaba quemando la espalda. Caminé un poco hacía delante, pero de poco servía. Allí no habían indicios de vida.
-¿Seguro que venían a este lugar también? ¿Seguro que era hoy?
-¡Melanie, estoy segura de todo! –Le contesté a la pesada. Ella rió. Le gustaba molestarme.
Me crucé de brazos y me senté en el suelo. No sabía que hacer. Saqué mi móvil para llamar, pero allí no había cobertura. Suspiré empezando a ponerme nerviosa.
-Cady, no sabes. –Me dijo ella levantándose y acercándose a mí con las maletas. –Mira y aprende. –Cogió aire. -¿HOOOOOOOOOOOOOOOOLA?
Me quedé sorprendida. ¿Qué había? ¿Cómo la iban a contestar? Reí al ver que no recibía respuesta, pero algo me hizo callarme.
-¡HOLA! ¿QUIÉN ERES? –Gritó alguien a lo lejos.
-ME LLAMO MELANIE. ¿TU QUIEN ERES?
-¿MELANIE? ¡EH CHICOS, ES MELANIE! –Se oyó gritar bien fuerte. –MEL, SOY HARRY.
-¡HAROLD! ¿VES COMO SI QUE ESTABAN, CADY? –Me gritó. Yo critiqué. -¿DÓNDE ESTÁIS?
-MAS ADELANTE. ¡VENID! YA HEMOS MONTADO LAS TIENDAS DE CAMPAÑA.
-VAMOS. –Chilló ella mientras cogía mi maleta y la suya. Yo la seguí, ya esperanzada de nuevo.
…
-¿Tenéis tienda de campaña? –Nos preguntó Tom cuando llegamos, tan amable como siempre.
-Sí, Cady lleva la mía. –Dijo Melanie, girándose para verme. –Sácala, por favor.
-¿La tuya? Yo he cogido la mía, y tú tenías que haber cogido la tuya. –Los ojos de Mel se le salieron de la órbita. -¡Te avisé!
-No pasa nada. Vamos a compartir tiendas. Como somos cuatro chicos, cada pareja dormirá en una tienda. Vosotras sois siete, así que en una tienda dormirán cuatro y en otra tres.
-Tom, se van a pelear unas con otras por ir juntas. –Dijo Harry pensando. –Mejor que hagamos nosotros los grupos. –Y una sonrisa maligna se dibujó en su boca.
-¡Yo hago los grupos! –Pidió Danny levantando la mano. Nosotros asentimos. –Gio, Cady, Izzy y Pixie en uno. Frankie, Melanie y Alice en otro.
Miré aterrorizada a Melanie. Ella tenía la misma vista. Susurré Pixie, a lo que ella me entendió, mientras que ella susurraba Frankie. Las dos íbamos bien.
-¿Tienen que ser así, Danny? –Preguntó la repelente de Pixie. –Quiero decir… yo con Cady no puedo estar. –Rodé los ojos.
-¿Y por qué no? –Preguntó Tom.
-Porque no. Yo tengo que estar con Frankie, ley de vida.
-Está bien, entonces… -Miré esperanzada a Melanie. Tal vez la cambiaban por Pixie. –Pixie, pásate al grupo de Frankie.
Melanie me lanzó una mirada de terror. Realmente este no era su día de suerte.
-Vayan montando las tiendas, así luego no nos molestaremos en hacerlo.
Mi grupo asintió. Entre Gio e Izzy, sacamos y empezamos a montar lo que sería nuestra tienda. Podría decir que tenía el mejor grupo de todos, y le deseaba mucha suerte a Melanie.
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