Aquello no tenía que haber pasado, no. No tenía ni idea de por qué Giovanna había hecho aquello, pero lo único que se me venía a la mente en aquel momento era Tom.
Me arrastré todavía por el suelo hasta llegar a Tom, y sin saber que decirle, intenté consolarle en compañía de los otros tres.
-Tom… Tom esto debe ser un error. No llores por favor. –Dije yo con llanto.
-Hey, tio, no se lo que acaba de pasar, pero no te derrumbes. Háblalo con Gio, hazlo. –Intentó consolarle Danny.
El rubio apartó sus manos de su cara. Se le podían ver unos ojos hinchados y rojos de llorar. Este se los secó con la mano, y, aún con un poco de gimoteo, se levantó para dirigirse a la castaña, quien hacía un segundo ya se había separado del extraño.
-¿¡Tom!? –Exclamó la voz de Pixie aterrada. Danny, Doug, Harry y yo seguimos al rubio.
-¿Quién es ese? –Preguntó Thomas, cargado de ira.
-¡Tom! –Gritó Giovanna tapándose la boca aterrada. –Lo siento, lo siento de verdad…
-¿¡Qué lo sientes!? –Los ojos del rubio se habían vuelto a humedecer. -¿Cómo vas a sentir que ese imbécil te haya besado y tú aún, dejándote? Pero tranquila, ahora le arreglo yo la cara a este capullo…
Y sin previo aviso, el guitarrista se acercó al moreno y dio el puñetazo de su vida. El chico cayó al suelo de espaldas, y, con la nariz sangrándole, se levantó con dificultad. De nuevo, Tom le dio otro puñetazo, y no le dio uno tercero porque la castaña se puso delante.
-¡Basta Tom! –Pidió ella cogiéndole de las manos. El la soltó.
-¿¡Qué más te da de que le pegue!? –A la castaña empezó a temblarle el labio inferior. O no, no podía haberle gustado aquel tipo. –No…
-¡Giovanna! –Grité yo con los ojos humedecidos. -¿Desde cuando conoces a ese tipo para que te haya llegado a… gustar?
-Le conocí hará unas semanas, pero no, no paso antes nada Tom… -La castaña se tapó el rostro. –De verdad, de verdad que lo siento Tom, no se ni porque lo he hecho.
El rubio se quedó sin palabras. Observaba a su novia, a quien la había visto de pleno besar a otro tío. Mientras, Alice, Melanie, Izzy y yo estábamos apunto de llorar. Por otra parte, Frankie y Pixie no daban la mínima muestra de preocupación.
Tom dio media vuelta y comenzó a caminar de nuevo a las tiendas. Los otros tres le siguieron, sin decir ni una palabra. Yo me quedé observando a Giovanna, quien no apartaba la vista del suelo.
-No te preocupes Gio, siempre tienes a Zack. –Dijo Frankie intentando consolarla. La castaña se apartó de ella con asco.
-¿Pero que dices, tonta del bote? –Estallé yo. -¿Ahora vas de buena? ¿Nos ves que esto es por culpa tuya y de Pixie? ¡Habéis sido vosotras quienes le habéis incitado a hacerlo, y por eso ahora a pasado esto!
-¿Pero que te crees que eres para hablar? –Me amenazó Pixie acercándose a mí. –Por primera, aquí solo estas de acoplada, haciéndote la buena cuando se te ven tus intenciones, y de segunda, no vayas metiéndote donde no te conviene, zorra.
-¡Oye! –Chilló Melanie. -¡Déjala en paz, rubia de bote!
-Eso, vete a hablarle a un árbol, que es el único que te soporta. –Dije yo, haciendo que a Gio, Alice y Melanie se les escapara una risita. La rubia me miró con mala cara.
-¡Me tienes ya hasta donde ya sabes, estúpida! –Y sin decir más, se cargó de fuerza y me dio un fuerte puñetazo en el ojo, haciendo que yo cayera en el suelo.
…
-¡Mi ojo! –Grité yo aterrorizada al verme enfrente al espejo. –¡Tengo un ojo morado!
-Cálmate, Cady. –Me pidió Danny pasándome de nuevo el hielo.
Habíamos vuelto a nuestro terreno. Tom se había ido a hablar con Giovanna a solas, ya que necesitaban privacidad. Pixie y Frankie habían recogido sus cosas, después de que la rubia hubiera discutido con Danny. Doug había echado a seguir a la morena, y aún no había regresado. Harry e Izzy estaban apartados de los demás, abrazados y hablando entre ellos. Y Alice y Melanie estaban junto a Dan y yo, hablando de lo sucedido.
-No se como Pixie se a atrevido a ponerte la mano encima. –Me susurró Danny mirándome con mala cara el ojo. –Menudo golpe.
-Es una imbécil, sin ofender. –Dije yo tapándomelo. –Pero ella y Frankie se han pasado un huevo con la pobre Giovanna. Por su culpa a pasado esto.
-Ya lo sé. Y precisamente por eso hemos discutido ella y yo… -El pecoso desvió la mirada. –No se como ha podido cambiar tanto, antes no era así.
-O tal vez es que antes no la conocías del todo bien. –Dije yo. El me miró confuso. –Lo siento, mejor me callo.
-No, no. Si tienes razón. –El castaño juntó sus manos. –Ahora ya sé como es ella, y no me gusta nada.
-Entonces, ¿vas a cortar con Pixie? –Preguntó Melanie. Él la miró sonriendo.
-¿Qué más te da? –Y rió. –Aún no se lo que haré Mel.
La castaña rió también y se sonrojó. Yo sonreí para mí, mientras me intercambiaba unas miradas con Alice. Volví a mirar a enfrente, y pude ver como Tom y Giovanna aparecían entre los árboles. Pisé a Danny para que mirara atrás, y, después de su quejido, lo hizo. Ambos tenían pinta de haber llorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario