Intenté tardar hasta que llegué al vestíbulo, temblorosa, mientras mis piernas y manos temblaban por el miedo. Cuando acabé de bajar el último escalón, no tardé en divisar a mis amigos. Fui hasta ellos, intentado encontrarle. Estaba sentado en uno de los sillones, con una revista tapándole los ojos y con la cabeza inclinada hacía arriba. Tenía una sonrisa dibujada en la cara, lo que hizo extrañarme. Miré confusa a Tom, quien pronto me sonrió con picardía.
-Mejor nos vamos todos a dormir. Ha sido una noche agotadora. –Sugirió Dougie, y nada más acabo de pronunciar esto, todos caminaron en pareja, rápidos por llegar a las escaleras.
-¡Pero esperad! –Pedí en un susurro, pero ninguno se molestó es esperarse junto a mi.
-Está un poquito… ido. –Me informó Tom, y volvió a darse la vuelta, cogido de la mano de su novia.
Cuando hubieron desaparecido por la escalera, me volví a girar para ver a Danny. El nerviosismo se apoderó de mi, pero era hora de afrontar las cosas. Caminé hacía él, y me paré de pie, enfrente suya. Él pareció no oírme, o es que se había dormido, pues no daba señales de vida. Aunque si se había dormido, era extraño que no emitiera sus típicos ronquidos.
-¿Danny? –Le llamé en voz baja, y él por fin dio señal de vida.
Alzó lentamente su brazo, y cogiendo la revista, se la apartó de los ojos. Recobró la compostura del cuello, y enseguida noté que le pasaba en su mirada. Parecía cansado, y sus ojos mostraban tristeza aunque tuviera una pícara sonrisa. Estaba ebrio, lo hubiera jurado.
-¿Caaaaaaaaaaaaaaaady? –Soltó una risita. –Vaya, llevo toda la noche intentado encontrarte. ¿Y vienes ahora?
-Lo siento.. –Fruncí el ceño bebida. –Danny, estás borracho.
-¿Yo? –Se levantó del sillón tambaleándose, y me cogió por los hombros. –Estoooy bien.
-Dios Danny, te apesta el aliento a cerveza. –Hice una mueca de asco mientras despejaba el aire. –Vamos, te ayudo a volver a tu habitación.
-Solo si pasas la noche conmigo. –Me dijo con voz seductora, mientras me sonreía y guiñaba un ojo.
-Eres un tonto. –Le dije sin poder evitar sonreír.
Echamos a andar de nuevo hacía las escaleras, y tuve que cogerle varias veces para que no cayera al suelo. Por allá donde pasaba dejaba su rastro a cerveza. Cuando conseguimos llegar al umbral de su habitación, estuvo un largo tiempo buscando entre sus bolsillos la llave, pero ya comenzaba a repetir los lugares de su busqueda.
-Oh, oh. –Susurró con tono preocupado.
-¿Qué pasa Danny? -Dejó de buscar la llave, y se quedó embobado mirándome. –No me digas que has perdido la llave de tu habitación.
-Me parece que sí.. –Carcajeó, y yo rodé los ojos. –Me temo que hasta mañana no podré pedir otra llave. –Rió de una forma muy aguda. -¿Puedo dormir esta noche contigo?
-¿Qué? –Adopté una cara de horror. –Pero… ¿no recuerdas nada de hoy?
.Uhm… no. –Rió de nuevo. -¿Hicimos algo? ¿Quieres repetir? –Se acercó de forma seductora a mi, extendiendo sus brazos para cogerme de la cintura, pero le aparté las manos.
-No,no hicimos nada. –Rodé los ojos, evitando la tentación. Estaba ebrio, él no sabía lo que hacía y yo no debía dejarme llevar. –Ya te extrañarás mañana cuando te despiertes, pero está bien. –Suspiré. –Duermes conmigo, ¡Pero no hagas nada extraño!
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