-La rubia es la mala. –Me aseguró él, contándome el final. –No es la primera vez que veo esta película.
-¡No me cuentes la peli! –Le pedí yo, tapándome los oídos con las dos manos para no seguir escuchando. –Quiero ver el final.
-¡Pero si no sabes ni de que trata!
-Da igual, es interesante. –Excusé yo, sonriendo mientras echaba un vistazo hacía atrás. Mi hermano había vuelto. -¿Jack? ¿Qué hace aquí?
-Cady, ya es de noche. –Me informó Danny mientras señalaba al reloj. –Wo, se me ha pasado el tiempo volando.
-A mi también. –Carcajeé, hasta que recordé el porque Danny estaba aquí. –Gracias Dann.
El pecoso me sonrió. Sus ojos azul marino se reflejaban más de lo habitual, y podía distinguir cada peca de su cara. Su pelo alborotado y rizado le cubría media frente, haciendo que la otra estuviera despejada y se pudieran ver más de sus pecas. Un sentimiento de comodidad a su lado me recorrió el cuerpo entero, haciendo que cada músculo mío se quedara sin fuerzas y me relajara. Danny era más maravilloso de lo que creía.
-¿Qué haces aquí, Danny? –Preguntó Jack, entrando al salón. Había olvidado que jugaba al mismo equipo de futbol.
-He venido a pasar la tarde con Cady. –Me sonrió tímidamente, sin saber si decirle lo de Doug. Yo le devolví la sonrisa, dándole permiso para que se lo contara.
-¿Pasar la tarde con ella? –Jack me miró con una ceja levantada.
-Verás… Dougie la ha dejado. –Noté como mi pecho se hundía de nuevo en la oscuridad, fría y dolorosa. –Tuvo una aventura con Melanie, y se lo ha contado hoy a Cady.
-¿Doug…? –La cara de mi hermano cambió al momento. Era una mezcla de lástima e ira. Me miró con melancolía, mientras sus ojos se acurrucaban. No pude evitar ablandarme al comprobar su preocupación, ya que era un indicio de que me quería.
-No pasa nada, Jack. Gracias a Danny ahora estoy mejor. –Miré al guitarrista agradecida. –Me ha ayudado muchísimo.
-Vaya. –Volvió a mirar a mi amigo y le ofreció la mano. Dann se la estrechó un poco confundido. –Gracias por ayudarla. –Dio unos pasos hacía atrás, sin quitar los sentimientos de su cara. –Creo que voy a tener una pequeña charla con Dougie mañana, Cady.-Me dijo sonriéndome.
-¿Qué? –Me levanté de un golpe del sofá. -¡No, Jack, ni se te ocurra!
-No voy a dejarle tan feliz después de que haya herido los sentimientos de mi hermana, Cady. –Se cruzó de brazos.
-No, Jack. Esto es cosa entre Mel, Doug y yo. Lo único que puedo hacer ahora es intentar olvidar y que sean felices, así que tú no debes de ponerte por el medio. –Noté como Danny se ponía a mi lado. –Dile algo, Danny. –Le pedí con llanto para que no dijera nada.
-Jack, -Le dijo carcajeando. –creo que Cady tiene razón. Por muy imbécil y estúpido que ha sido Doug, lo mejor es dejarle en paz durante un tiempo.
-Está bien… ¡Pero como te vea volviéndole a dar una oportunidad, mueres Cady! –Me amenazó con un dedo mientras caminaba hacía atrás, saliendo del salón.
Vi como subía las escaleras de una corrida y se encerraba en su habitación. Le sonreí a Danny, agradecida. Ambos coincidimos en que iba siendo hora de que el pecoso se fuera a casa, ya que la temperatura había descendido bastante ya y él iba con la misma vestimenta que había llevado durante la mañana. Le acompañé hasta la puerta, y allí nos quedamos los dos plantados, esperando que alguno u otro dijera algo. Decidí hacer los honores.
-Danny, de verdad; muchas gracias.
-Cady, como no dejes de agradecérmelo te arrepentirás. –Me dijo en un susurro, dándome un cálido abrazo. Notaba su aroma a caramelo, y como sus corpulentos brazos me rodeaban mi espalda. Era una sensación más que agradable. -¿Quieres que mañana pase a por ti y nos vamos a algún sitio, para pasar la mañana?
-¿No tienes nada mejor que hacer? –Pregunté con vergüenza. Él también tenía su vida.
-Prefiero estar el día contigo, además, tampoco tengo muchas ganas de verle la cara a Dougie. –Le nombró con asco.
-¿Y Georgia?
-Es una egoísta. Se pasa el día con sus amigas, sin que yo pueda acercarme. –Se encogió de hombros. –Entonces, ¿Cuándo paso?
-¿Qué tal después de comer? –Le sonreí yo.
-Está bien. –Aceptó, bajando un escalón del portal. –Pues hasta mañana entonces. –Se acercó a mi y me dio un beso en la mejilla, haciendo que mi colorete subiera y mi calor corporal también. –Buenas noches. –Me susurró despacio al oído, mientras poco a poco se alejaba de mi.
-Que tengas un buen día… -Susurré un poco aturdida.
Danny sonrió, con su perfecta dentadura. No pude evitar hacerlo yo también. Observé como se alejaba, acercándose cada vez más a su Volvo y alejándose de mí. Una vez entró en el coche, me dirigió una última mirada, y me levantó el brazo en señal de despedida. Yo hice lo mismo, y entrando por fin en la casa, cerré la puerta, apoyándome sobre esta una vez estuvo cerrada.
Cerré los ojos recordado la tarde con Danny. Había sido bastante divertida a su lado, pero recordé la mañana, el momento en que Doug y Melanie me daban la noticia. Mi cara volvió a entristecerse, y aguantando mis lágrimas, subí a mi habitación. Iba a pasar una mala noche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario