viernes, 10 de febrero de 2012

capitulo 42

Ambos mantuvieron varios segundos aquel beso, aprovechando cada segundo, ya que sabían que aquello no podía ser y no se iba a volver a repetir. Melanie no creía que sus labios estuvieran en roce con los de Dougie; lo había soñado tantas veces que ya que creía que era otro sueño más, pero en aquel momento podía sentirlos. Sus labios eran más perfectos de lo que ya creía.
Fue Mel la que recapacitó, la que se detuvo un momento a pensar y recordó que Doug estaba con su mejor amiga desde la infancia, con Cady, y que no podía hacerle esto a ella. Cogiendo fuerzas de donde no tenía, tuvo el impulso de separarse. No podía ser aquello.

-¿Por qué no? –Murmuró Dougie, con voz suave, sabiendo que la castaña no quería más beso. La observaba más preciosa que nunca, ya que por fin se había asegurado del todo que la amaba.
-Doug… tú.. estás con Cady. –Dijo con dolor en la voz Melanie, mientras se le cristalizaban y mojaban los ojos. Dougie puso cara de susto cuando recordó esto que le había dicho.

El rubio se quedó callado, sin saber que decir o hacer. Aquello era verdad, no podía estar con ella ni volver a besarla. Él no era así, no podía serle infiel a una persona, aunque no la quisiera. Se frotó los ojos y recapacitó lo que debía hacer. Amaba a Melanie como nunca antes había amado a nadie más, pero también quería a Cady, más bien como una amiga, pero solo con pensar en romperle el corazón a ella se le hacía incapaz como actuar. Observó de nuevo a Melanie, quien se mantenía parada y tiritando debido al frío. El rubio cogió aire y de nuevo una vez más lo que iba a hacer.

-Melanie, te quiero, te quiero y mucho, y ahora que sé cuales son mis sentimientos de verdad, no voy a dejarlo pasar. –Se acercó a ella y la cogió de las manos. –Voy a cortar con Cady, creó que me entenderá. Pero, claro está, si tu también sientes lo mismo por mi.
-Doug, te quiero, e incluso Cady sabía que lo hacía. –Le confesó ella empezando a llorar. –Pero no quiero que lastimemos los sentimientos de Cady.
-Yo tampoco, pero si nosotros dos nos queremos, no tenemos porque no estar juntos. Además, no creo estar tan seguro de que Cady me quiera como novio.
-¿Estás seguro de esto? –Preguntó ella con un susurro.
-Más que seguro. –Este juntó su frente con la suya. –Mañana se lo explicaré. –Mel asintió. -¿Quieres que te acerque a casa?
-De acuerdo. –Antes de que se separaran, Melanie de dio un beso. Sabía que hasta que Doug y Cady no cortaran, sería mejor evitar los besos. Dougie la sonrió.


-¡DEEEEEEEEEEEEEESPIERTA!

Cady dio un brinco en la cama debido al susto. Se enderezó y observó delante suya. Daniel Alan David Jones, con unos rizos descontrolados y su sonrisa pícara, estaba sentado al borde de su cama. Cady zarandeó su cabeza para acabar de despertarse, y luego miró con el ceño fruncido a su amigo.

-¿Qué demonios haces aquí? ¿Cómo has entrado?
-Menudos humos al despertarse. –Dijo Danny sin dejar de sonreír. –Me ha abierto tu hermano.
-Oh. –Me senté en la cama. –¿Y a qué se debe tu honor de haberme visitado?
-Pues, había llamado a Tom para salir un rato, pero me ha dicho que ha quedado con Alice. Luego he ido a casa de Harry, y estaba hablando con Izzy, así que he preferido dejarles solos. Después había llamado a Dougie, y ya había quedado con una persona, así que me he preguntado ¿con quien quedo? Y me he dicho: ¡Cady! –Terminó él, sonriéndome. Era tan mono.
-¿Y Georgia?
-Se iba de compras con sus amigas, y no quería que le acompañase. –Me dijo él con voz de pito imitándola, y haciendo caretos al decirlo. No pude evitar largarme a reír.
-Está bien. ¿Y que tienes pensado?
-Pues, -El pecoso me sonrió, y mientras se sacaba algo del bolsillo, me dijo. –Tengo entradas para el estreno de Stuard Little. ¿Te apetece ir?
-Danny, que ya eres mayorcito para esas películas. –Le dije entre carcajadas y levantándome de la cama. –Está bien, pero si puede ser, sal y déjame cambiar. –Le pedí con una sonrisa mientras le empujaba hacía la puerta.
-Tranquila, si quieres me quedo dentro y te ayudo a cambiarte. –Me sugirió una de sus sonrisas y miradas sexys. Oh Dios, este hombre podía con mi ser.


-Como la gente descubra que hemos quedado, comenzará a sospechar. –Dijo Melanie mientras Dougie se guardaba el teléfono después de haber hablado con Danny.
-A partir de hoy podrán sospechar todo lo que quieran. –Dijo él abriéndole la puerta a Melanie para que entrara al coche.
-También. –Ella rió. Cuando Dougie encendió el motor, se preguntó. -¿Dónde vamos?
-A casa de Cady. –Melanie abrió la boca asustada, pero antes de pudiera quejarse, Dougie la hizo callar con un beso. –Por favor Melanie, cuanto antes mejor, y si somos los dos, mejor aún.
-Pero Dougie, ¡no pudo ni imaginarme el momento, como quieres que se lo digamos los dos!
-Por favor Mel, intentémoslo. –Le pidió él, mientras ella observaba sus ojos azul marino más brillantes que nunca. Le fue imposible negarse.


Cuando Dougie y Melanie salieron del coche, se dirigieron temblando hacía la puerta de Melanie. Antes de llamar al timbre, ambos se miraron. Melanie asintió y Dougie apretó el interruptor del timbre.
Oyeron como unos pasos se acercaban, y más nerviosos que nunca, esperaron a que Cady apareciera. Cuando la puerta se abrió, en vez de aparecer la castaña, fue su hermano el que abrió. Este dio un saltito hacía atrás y los miró con mala cara.
-¿Sí?
-Jack, eres tú. –Dijo Melanie tocándose el pecho.
-Sí, también vivo aquí. –Dijo sarcásticamente. -¿Qué queréis?
-¿Está Cady? Tenemos que hablar con ella.
-No, se acaba de ir con Danny a no se qué sitio.

Dougie echó un vistazo a Melanie, y esta también le miró. Ambos pensaron mal, pero no, no podía ser. Danny tenía novia al igual que Cady, pero ¿Quién sabe? Tenía que localizarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario