jueves, 9 de febrero de 2012

capitulo 7

Esperé a poder diferenciar alguna cabellera rubia que subiera las escaleras, pero ninguna resultó ser la de Doug. Me giré de golpe cuando oí gritar mi nombre a lo lejos, y pude ver como Alice me agitaba una mano con furor para captar mi atención. Le devolví el saludo y me dispuse a caminar hasta allí. Cuando llegué, pude encontrarme a su lado a un chico de cabellera rubia girado de espaldas nuestras. Hablaba con otra chica.



-¡Menos mal que te he visto, Cady! –Me dijo mientras me invitaba a sentarme. -¿Dónde está tu amiga?

-Se fue con un amigo que hicimos.

-Bueno, no pasa nada. Mejor que sobre que falte. –Se giró y llamó al chico rubio que tenía a su lado. –Mira, te presento a mí amigo, Tom.



El muchacho se dio la vuelta al notar que lo llamaban, y mi cara cambió al momento. Puse cara de sorprendida, luego de incrédula y luego de sorprendida de nuevo. El mismo Tom que había conocido dos días atrás era aquel, el que estaba sentado al lado de mí nueva amiga. Demasiada coincidencia. Su cara fue todo un poema.



-¿Tú eres Cady, no? –Preguntó el primero sonriendo y volviendo a hacer aparecer su hoyuelo.

-Sí, y tu Tom… -Me quedé boquiabierta. -¡Vaya, que coincidencia! ¡Hola de nuevo!

-¿Os conocéis? –Preguntó Alice confundida mirándonos como locos a nosotros dos.

-Sí, bueno… -Dijo el rascándose la cabeza. –Atropellé sin querer uno de los gnomos de una amiga suya y las ayudé a recoger el jardín de aquellas figuritas. –Me miró y me sonrió. –Por cierto. ¿Qué tal… Melanie?

-¿Tú amiga? –Dijo Alice, al parecer sin entender nada.

-Ha venido también a ver el partido, pero se ha ido con un amigo. –Me giré e intenté divisarla, pero no hubo suerte.

-¿Alguien me aclara la historia? –Preguntó la castaña haciéndonos callar.

-Si. –Dijo Tom. –Resulta que hará dos días, mientras iba camino a tu casa, perdí el manojo del coche y acabé entrando en el césped de su amiga, atropellando a uno de los gnomos que tenía en el jardín. Así que cuando Melanie me estaba echando la…



No pudo acabar. Antes de que dijera nada más, los focos más potentes se encendieron y alguien, al parecer, los presentadores desde los megáfonos comenzaron ha hablar.



-¡Buenos días a todos! –Dijo uno de voz ronca. –Nos encontramos ahora mismo aquí para presentar este partido…











Terminé de aplaudir, tras que el partido finalizara dando victoria al equipo de mi hermano. Alice, quien se encontraba a mi derecha parecía aplaudir con furor y mientras, Tom, también a su lado derecho, parecía contento pero sin muchas ganas de aplaudir. Giré mi cabeza 90º y intenté encontrar a Melanie entre toda aquella multitud emocionada, pero no hubo suerte. Volví a girarme y grité a Alice para que me oyera, pero no lo hizo. Pasé mi mano por delante de su vista varias veces hasta que se giró a verme.



-¿Qué ocurre?

-Ahora vengo, voy a avisar a mí hermano que no me espere ni se preocupe por mí. –Ella arrugó el ceño sin entender. –Es muy dramático y cuando vuelva a casa y vea que no estoy, se armaría una buena.

-Está bien. Si quieres te acompañamos.

-No, no hace falta tranquila. –Le regalé una sonrisa torcida. –Ahora vengo ¿vale? No tardo.



Asintieron y me di media vuelta para dirigirme a las escaleras que conducían al campo. Antes de que pudiera acoplarme entre la multitud que subía y bajaba, algo le detuvo. Alguien había gritado mi nombre, de modo que me giré para encontrar al responsable.



-¡Cady! –Decía Mel a lo lejos estirando un brazo. Le devolví el saludo y caminó hasta mí, con Harry detrás. -¿Dónde ibas?

-Voy a avisar a Jack de que no me espere... –Miré a Harry. -¡Vaya, hola Harry!

-Buenos días, Cady. –Dijo sonriéndome. Había olvidado los increíbles ojos azules que tenía. –Me había dicho Mel que estabas aquí.

-Sí, pero me he quedado con unos amigos. –Miré acusadora a la castaña. –Por cierto... ¿Habéis visto a Doug?

-No, no ha aparecido. Creíamos que estaba contigo.

-No, yo tampoco le he visto… -Nos quedamos callados. Para romper el silencio, me encogí de hombros y suspiré. –Bueno, voy a buscar a Jack y ahora se lo digo.

-Te acompañamos. –Dijo Harry empezando a bajar las escaleras antes de que yo dijera nada.



Miré impresionada a Melanie, quien tan solo escondió los labios y se dispuso a bajar hacía abajo conmigo. Seguimos a Harry hasta donde se encontraba apegado el equipo vestido de azul, quienes gritaban con furor. Me paré a escasos metros junto a el y busqué primero a mi hermano con la mirada. Lo pude diferenciar saliendo de la multitud y tirándose encima de uno de los jugadores para abrazarle.

Me dirigí a el y le llamé por la espalda. No hizo caso y me ignoró. Volví a llamarle y esta vez fue él el que se giró. Supongo que, sin distinguirme, se tiró a mí y me abrazó con fuerza haciendo que mis huesos crujieran.

Cuando se hubo separado, se paró a verme la cara. Pegó un salto hacía atrás asustado al verme y puso cara de arrepentimiento. No duro mucho hasta que volvió a mirarme feliz.



-¡Cady! ¡Hemos ganado!

-Sí Jack, he visto como has jugado. –Le sonreí. –Oye, me voy un rato con… Melanie y unas amigas, ¿vale?

-Está bien… -Se encogió de hombros. -¿Por qué me lo dices a mí?

-Para que cuando llegues a casa y no me encuentres, no llames a la policía, que te conozco.

-No Cady, hoy no me preocuparé por ti. –Me guiñó un ojo. –Solamente lo haré por mí, así que, diviértete. –Y dicho esto se dio de nuevo media vuelta.



Suspiré y me giré yo también. Mi cuerpo se puso rígido cuando estuve apunto de chocarme con uno de los jugadores. Se encontraba muy cerca de mí, sonriendo pícaramente. Me fijé en los ojos, los cuales ya había visto antes. Danny, el chico del bar, se encontraba bastante cerca mía. Bajé la vista y observé lo que tenía en las manos. Abrí los ojos y le volví a mirar asustada. El asintió y comenzó a agitar rápidamente la botella de champán que sostenía. Antes de que me pudiera mover, quitó el corcho y, haciéndolo queriendo, puso la botella delante mía haciendo que la espuma que saliera disparada me diera de pleno.

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