viernes, 10 de febrero de 2012

capitulo 61

Al cabo de unos minutos, que a mi me parecieron horas, el taxi llegó a su destino. Saqué rápida un billete, y sin pararme para recibir el cambio, se lo tiré al conductor y salí rápidamente del coche. Fui hacía la entrada vip, y por suerte, me encontré allí a guardias que ya había visto antes durante la gira. Al reconocerme, de dejaron entrar sin problema, y avancé por un largo pasillo resguardado del concierto y sus fans. Oí sus gritos eufóricos,  y como los teloneros se despedían. El miedo se me apoderó. Intenté llegar más pronto, pero por el camino me caí. Me levanté rápida y por fin llegué al final del pasillo. Subí unas escaleras y llegué a una sala, seguramente detrás del escenario donde estaba todo el mundo. Intenté diferenciar a alguien.


-1 minuto, chicos. –Dijo una voz a la espalda de Danny, lo que hizo que dejara de mirar a la puerta en busca de su llegada. Fue hasta su guitarra y se la puso, mientras observaba a las chicas. Estas susurraban cosas entre sí, pero entre ellas faltaba una melena pelirroja. No había venido; había preferido a Pablo.

-No te preocupes, Dan. –Intentó consolarle su amigo Tom, apoyando una mano en su hombro. –Oirá canción.
-Tenía fe de que viniera. –Confesó el pecoso con una gran tristeza. –Pero supongo que me lo merezco; me comporté fatal con ella.
-Se dará cuenta del error que ha cometido. –Esperó la respuesta de su amigo, pero al ver que no llegó, regresó junto al batería, quien preparaba sus brazos.

Danny volvió a suspirar melancólico, embargado por la tristeza y sin apartar la vista del suelo. Toco algunos acordes de la canción que había estado componiendo durante toda la gira, e intentó que sus ojos no se mojaran.

-Hora de salir, chicos. –Avisó el hombre, y cogió aire, preparándose.

Antes si quiera de que diera el segundo paso, una voz hizo que parara, junto a sus amigos y dudara de lo que habían oído. Su amable y perfecta voz resonó de entre todas.

-¡Buenas suerte, chicos!

El pecoso se giró boquiabierto, y por fin vio su suave cabellera pelirroja, que parecía desprender una tibia luz de entre todas. Sonrió todo lo que pudo, emocionado al verla. Se apartó del grupo, y caminó hasta el medio de la sala. La chica se acercó a él también, sonriendo con su perfecta sonrisa, y levantando la mano de modo de saludo, dijo:

-He tomado una decisión a última hora. Siento haberlo hecho tan tarde.


Vi a las chicas, y me dirigí rápida a ellos. Las impresioné por detrás, haciendo que se llevaran un gran susto.

-¡Cady! –Susurró Melanie. -¿No estabas con Pablo?
-He preferido venir al concierto. –Miré a mi alrededor. -¿Y los chicos? ¿Ya han salido?
-Están allí, apunto de entrar al escenario.

Miré, y diferencié primero la cabellera de Dougie. Luego, una guitarra roja me iluminó, y de entre la distancia diferencié el hoyuelo del dueño. También las baquetas que sujetaba el más corpulento de todos, y que hablaba sin callar. Y por último, la negra guitarra, la cual había dado un paso alejándose de donde yo estaba. Debía de saber que había llegado.

-¡Buena suerte, chicos! –Grité, esperando que me oyeran.

Se pararon, y pude ver como daban media vuelta a su cabeza, excepto Danny, quien se giró al completo. Me sonrió, mostrando su dentadura, no perfecta, pero demasiado bonita para mis sentidos. Se formó de nuevo un remolino en mi estómago, haciendo que mi tripa se apretara y mis manos comenzaran a temblar. Había hecho bien en venir, había hecho bien en darle otra oportunidad.

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