viernes, 10 de febrero de 2012

capitulo 44

-¿Qué hacéis aquí? –Preguntó Danny cuando se acercaron por fin a nosotros.

Melanie parecía nerviosa, y hubiera jurado que su labio inferior temblaba. Miraba a todos lados, como si intentara evitar encontrarse con nuestros ojos. Se cogía sus propias manos, con fuerza para no soltarlas.
Dougie, por otra parte, parecía tenso. Nos miraba a Danny y a mi, pero enseguida bajaba su mirada. Se podía notar en sus ojos que tenía miedo, pero la cuestión era, ¿de qué?

-Te estábamos buscando, Cady. –Me dijo Mel con voz temblorosa. Yo arrugué el ceño en señal de que siguiera explicándome para que me buscaban, y ella prosiguió. –Tenemos que… que contarte una cosa. –Dijo quebrando su voz.

No pude evitar preocuparme. Notaba como sus miradas estaban llenas de nerviosismo y miedo, lo que hacía que me asustara aún más. Eché un vistazo a Danny, quien también parecía haberle extrañado aquello.

-Pues adelante, contadme que pasa. –Dije yo, un poco nerviosa y preparándome para la noticia.
-¿No puede ser.. en un sitio un poco más tranqui-quilo?
-Melanie, si me tienes que contar algo, prefiero que sea cuanto antes. –Le dije, carcajeando a la fuerza. –Odio la espera que se forma cuando pasan momentos como estos.
-Está bien… -Dijo riendo, pero sin llegarle la alegría a los ojos. Todo lo contrario; parecían estar llenos de tristeza. –Doug, creo que deberías decirlo tú.
-¿Yo? Tú eres su amiga, debes hacerlo tú. –Se defendió.
-¡Y tu su novio!
-¡Y qué! Esto es mejor hablarlo entre amigas.
-Oh Doug, por favor no me hagas esto. –Dijo ella poniéndose aún más nerviosa. -¿Y si lo hacemos entre los dos?
-¿Y que pasa si te callas y lo suelto yo solo? No, no, mejor que no.
-¿Entonces quien lo dice? –Se enrabió Mel.
-¡Tú!
-¡No, yo no! ¡Debes ser tú!
-¡Mel, que yo no…!
-¡Aclaraos de una vez y soltádmelo, por favor! –Les grité yo, explotando del nerviosismo. Me estaban poniendo verde con tanta indecisión, y solo necesitaba oírlo de una vez.
-¡Cady, que Melanie y yo somos pareja! –Soltó fríamente Doug.

No pude actuar. Me quedé varios momentos inmóvil, creyendo que aquello era una broma pesada del rubio. Intentaba buscar la ironía en su tono de voz o en su cara, pero no había rastro de ello. Miré a Melanie, quien se había puesto cabizbaja, pero eso no podía hacerme evitar ver como sus ojos se llenaban de lágrimas. No, no podía ser verdad. Aquello debía de ser una broma. Ellos no eran asi; no podían haberme hecho tal cosa.
Mis palabras no fluían. Notaba como mi pecho se había hundido en un profundo abismo envuelto en la oscuridad, como si fuera un poco, y no podía volver a subir. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Era tanto la amargadura que había llegado a notar, que no podía mover ninguno de mis músculos, ni siquiera los sentía. Solamente podía notar como mis sentimientos se habían roto en mil y un pedazos.
Sentí como el brazo izquierdo de Danny me cogía de la espalda, apoyándome a su brazo izquierdo en señal de apoyo, pero no servía de nada. Miré al suelo intentando despertarme de aquella pesadilla.

-¿Cómo habéis podido hacerle esto? –Susurró Danny con tono de asco. Notaba también la amargura en su voz. -¿Qué os ha hecho ella para que le hagáis esto?
-¿Crees que queríamos hacerle daño, Dan? –Dijo Doug. Al oír su voz, retumbó en el interior de mi cuerpo, haciendo que me empezara a dar suaves pinchazos el pecho.
-Si no hubierais querido hacerle daño, nada de esto estaría pasando ahora. –Noté como caminaba hacía atrás, arrastrándome a mi también. –Me habéis decepcionado…
-¡Danny, mejor tu no hables de hacer daño a la gente! –Gritó sollozando Mel, haciéndonos recordar la noche en que el pecoso la besó. –Tú también quisiste hacerme daño.
-¡Oh, Mel! –Dijo Danny, reventando. -¡No tenía ninguna relación seria contigo, solo fue un beso del que te ilusionaste, y créeme, me arrepiento de haberlo hecho! Además, no estamos hablado de ti, ¡si nos de Cady! ¡No podíais haberla dañado más aún!
-¡No es nuestra culpa que nos queramos, Dan! –Gritó Doug, con tono de defensor. No pude más. Cerré los ojos intentado desaparecer.
-Me dais asco. –Dijo Danny, dejando la frase con suspense. Dimos media vuelta y empezamos a dirigirnos hacía el aparcamiento, dejando a los nuevos tortolitos solos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario