viernes, 10 de febrero de 2012

capitulo 68

Salí lenta de nuevo hacía la calle, pues en el local español se estaba bastante caliente. Se podía ver a señores cincuentones ver el futbol animadamente, mientras decían en voz alta cosas que no entendía. Cuando llegué a la puerta de salida, decidí decir adiós al calor y confort de la sala para saludar al frío de la calle.
Nada más pisar la acera y antes de que llegara a la mesa con mis amigos, noté como alguien me cogía de la muñeca y me empujaba hacía un lado. Me extrañé por aquello, de modo que miré rápidamente quien me había cogido, por si acaso. Pero tan pronto como empezaba a asustarme, reconocí unos densos y preciosos ojos azules, los únicos que lograban cautivarme. Despejé mi terror y sentí como mi respiración volvía a ser suave, mientras al contrario de mi corazón, los latidos comenzaban a delatarme. Una vez más, su presencia conseguía ponerme nerviosa.

-Tranquila, soy yo. –Me aclaró Danny, mientras me llevaba un poco lejos del bar.
-¿Qué quieres? –Le pregunté dubitativa, mientras nos parábamos en una esquina algo oscura, alejada de la gente.
-Te dije que quería hablar contigo sobre lo de anoche. –Me sonrió, mientras se apoyaba en la pared. –Dime, ¿por qué te fuiste del concierto cuando toqué… tu canción?

Tragué saliva muy violentamente, haciendo que resonara entre aquellas oscuras paredes. Mis sistema nervioso se agitó, y fue raro que mi corazón no dejase de latir por la gran velocidad que llevaba. Intenté buscar las palabras correctas para expresarme, pero había que admitir que ni yo misma conseguía saber porque aquel día me fui.

-La verdad, no lo sé. Supongo que… me emocioné demasiado. –Arrugué el ceño, pensando mis palabras. –Quiero decir, no me lo esperaba y…
-Te entiendo. –Me ahorró las palabras con una risa. –Sé que es una forma muy cobarde de expresarte mis sentimientos, pero esta vez no he tenido agallas para hacerlo. –Me levantó las cejas, esperando mi respuesta. –Y bueno… ¿qué opinas?
-¿Yo? –Reí entrecortadamente, nerviosa. –Oh, claro, he de decirte lo que me parece.. ¡o lo que siento! –Me froté los ojos, callándome para no dejarme en autoridículo. –Mi*rda, lo siento, no se ni lo que digo. –Me sonrió despreocupadamente. –Yo… -Pero no me dejaron acabar la frase, pues pronto noté que una sombra aparecía, cortándonos el momentos.
-Siento interrumpir, pero es hora de irse. –Nos informó Tom, mostrándonos su adorable hoyuelo. –Tenemos que prepararnos todavía para el concierto.
-Dios, es verdad. –Se acordó Danny, fastidiado. –Siempre hay algo que me tenga que interrumpir. –Suspiró, y me miró indeciso. –Supongo que tendremos que dejar la charla para otro momento.
-Sí. –Acepté, mientras veía como Tom se alejaba de nuevo hacía la multitud.

Empezamos a caminar lentamente hacía nuestros amigos, intentando no despedirnos, pues yo por lo menos no quería alejarme en aquel momento de él. Aunque me había resultado casi un favor que Tom hubiese venido a avisarnos del concierto, también me fastidiaba, pues quería hablar lo ocurrido con Danny.

-¿No me deseas suerte para este concierto? –Me preguntó durante el trayecto con su voz seductora y su pícara sonrisa.
-¿Suerte? –Me extrañé sin pillarle sentido, pero pronto recordé el beso antes del pasado concierto. –Oh… -Intenté disimular. –No te hace falta suerte para hacerlo genial.

Me sonrió con algo de tristeza, pues yo incluso sentí un vacio en mi pecho al no tener agallas de ir y plantarle un beso como hizo él, pero así era; una cobarde. Se despidió de mi con una sonrisa, y se reunió con sus amigos, preparados para subir al coche. Nosotras, por otra parte, esperamos a que se alejaran, y una vez lo hicieron, empezamos a dirigirnos de nuevo hacía el hotel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario