viernes, 10 de febrero de 2012

capitulo 55

Nos metimos entre la gran multitud del baile.  Grandes luces nos deslumbraban, y bastantes cabezas superiores a las nuestras nos hacían perdernos. No perdí de vista a mis amigos para no perderme. Todas nosotras íbamos siguiendo a Tom, quien seguramente sabría donde estaban los demás. Frenó un poco el paso hasta que se puso al lado de Melanie, y la observó una vez más de arriba abajo.

-Melanie, -Le llamó la atención Tom. -¿Te estás dando cuenta de que todo el mundo se queda mirándote?
-¿Enserio? –Pareció ruborizarse, y miró a sus lados. –No creía que fuera tan bien.
-Oh, -El rubio comenzó a reír. –Melanie, te has presentado con unos jeans rotos y una sudadera completamente simple.
-No me gustan los vestidos. –Susurró con naturalidad.

Reí por detrás. Alcanzamos la barra, donde cuatro o cinco camareros servían copas y bebidas con bastante prisa. Justamente delante de nosotros, Harry conversaba animadamente con un hombre. Este tenía el pelo negro y corto, ojos marrones oscuros y cara ondulada. Tenía los dientes un poco desigualados, pero aún así poseía una bonita sonrisa. Era bastante guapo, y parecía un poco más joven que Harry. Al igual que él, llevaba un smoking color negro, solo que tenía corbata roja.
Cuando Harold se dio cuenta de la presencia de Tom, primero echó una rápida ojeada sin apreciarnos. Al segundo, cambió su alegría y sonrisa por una expresión de sorpresa e incredulidad. Sus ojos estaban apunto de salirse de sus órbitas.

-¿¡Chicas!? –Se quedó boquiabierto, mirándonos sin creerse que estábamos allí.
-¡Harry! –Exclamó Daisy, tirándose a su torso. -¡Yo también me alegro de verte! –Rebozaba de alegría, y cogió la cara de su novio y la besó con delicadeza.
-No, no, es una alegría teneros aquí, pero resulta extraño veros en Alemania. ¿Cuándo habéis…? –Puso por primera vez los ojos en Melanie, y se quedó a mitad frase. -¿MELANIE? ¿¡Y esas pintas!?
-Otro. –Se cruzó de brazos. –Voy có-mo-da.
-Entiendo. –Harry carcajeó, mientras rodeaba de la cintura a su novia. –Por cierto, Dougie está allí. –Señaló a otra punta de la barra, y pudimos ver su cabello, raramente peinado hablando con el camarero.

Melanie se alejó de allí dando saltitos, mientras nos quedamos los seis. Allí yo y el chico de cabello negro éramos unos sujeta velas. Alice estaba abrazada con Tom, al igual que Alice y Harry, y allí estaba yo, sola en una esquina mientras dirigía miradas incómodas a estos. Suspiré y decidí dejarles tranquilos.

-Me voy a dar una vuelta. –Dije sonriendo tímidamente.
-¿Por qué no buscas a Danny? –Preguntó Alice intentando aportar una idea, pero según vi en la cara de Tom, fue mala idea.

Fruncí el ceño, mientras que el rubio del hoyuelo me señala con la vista algo detrás de mi. Me giré, e intenté seguir su mirada. Pronto encontré al pecoso, con otro smoking y corbata azul, y su pelo rizado. Sonreí disimuladamente al verle sin poder evitarlo, pero tan pronto como apareció, desapareció. Danny no estaba solo. Cogía con una mano la cintura de una chica, la cual llevaba un vestido corto negro y provocativo. Como no, era rubia, y su cabello color oro de bote estaba recogido por un moño. En mi volvió a aparecer aquel dolor insoportable, y aparté la vista de aquel. Intenté parecer feliz.

-Da igual. –Sonreí débilmente. –Luego nos vemos, ¿vale?

Los cinco asintieron, mientras me volvía a colar por la multitud. Dejé que mis ojos se mojaran, pero que no saliera ninguna lágrima. No quería estropear mi maquillaje.


Melanie, con toda la alegría del mundo, saltó a la espalda del rubio. Este dejó de hablar con el camarero y se giró asustado. Cuando vio a su novia cogida a sus hombros con una radiante sonrisa, su cara cambió a confusión total.

-¿Melanie? –La cogió por la cintura. -¿Qué haces aquí?
-Las chicas cogimos un avión a Alemania. –Dijo sin quitar su sonrisa. -¿No te alegras de verme?
-¡Claro que sí! –Sonrió y le dio un beso. Se separó, pero junto su frente con la suya. -¿Y esa ropa?
-¿También vas a decirme que voy horrible? –Dejó escapar un suspiro cansado.
-No. –Volvió a besarla. –Vas perfecta. La más guapa de toda la sala.

Melanie embozó su amplia y perfecta dentadura. Acercó su rostro al de su novio, y le besó intensamente. Dougie juntó su lengua con la de su novia, y ambas comenzaron a acariciarse suavemente. Un cosquilleo de la cabeza a los pies recorrió el cuerpo de este, haciendo que el beso mejorara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario